El pueblo de Sitges
La perla de la Costa Dorada de Barcelona
Sitges es la perla de la Costa Dorada de Barcelona, un lugar con mucho encanto y mucha historia a orillas del mar Mediterráneo. Cerca de la ciudad, es un encantador pueblo en la costa central de Catalunya. (¡Ideal para alquilar una casa de vacaciones!) 🙂, con sol y buen clima casi todo el año. Es uno de los pueblos catalanes marineros más visitados, tanto por los turistas -locales o internacionales- deseosos de conocerlo, como por los asistentes a sus eventos culturales y gastronómicos todo el año. Los congresos y ferias de la cercana Barcelona también aportan visitantes y huéspedes ocasionales, atraídos por la perspectiva de visitar este antiguo pueblo de pescadores próximo a la ciudad.
Aquí te hablaremos el origen y el presente de un pueblo como Sitges, pequeño en tamaño pero grande en historia. Sabrás por qué es un crisol de culturas y el arte. Te llevaremos a dar un paseo por el pueblo y te contaremos algunas cosas interesantes que ver y hacer. Pero sólo algunas, ya que para cualquier viajero lo atractivo es descubrir lugares nuevos por su cuenta.
Algunas cualidades de Sitges
♥ Como se dice por aquí, está a un tiro de piedra (muy cerca) de Barcelona
♥ Tanto en verano como en invierno, el clima es templado y sin temperaturas bajo 0, con una media de 18,7º C todo el año
♥ Tiene un fantástico micro-clima propiciado por el macizo rocoso del Garraf y brilla el sol casi todo el tiempo: ¡más de 300 días al año!
♥ Hay 17 playas -pequeñas y medianas- de arena fina, de aguas cristalinas la mayor parte del año y entrada al mar progresiva…
♥ Ofrece buenos eventos de ocio y cultura todo el año, y cuenta con varios museos, arquitectura y arte para mirar y admirar
♥ En los meses más cálidos se puede encontrar toda una oferta de fiesta y diversión nocturna en sus calles más céntricas
♥ Está en plena zona vinícola del Garraf y de la D.O. Penedès: ideal para el enoturismo
♥ Su gente sonríe a menudo y parece feliz
Y por si todos estos motivos no fueran suficientes para visitarnos, destacar que hay un casco antiguo encantador con callejuelas y rincones para perderse. Descubrirás pequeñas tiendas interesantes y ¡un montón de restaurantes y bares de tapas, o pintxos, para disfrutar de la increíble gastronomía del Mediterráneo!. El pueblo de Sitges es la perla de la Costa Dorada de Barcelona.
Origen y presente
El pueblo de Sitges, por su carácter pesquero en origen, en la antigüedad siempre tuvo su acceso principal por mar. Pero su auge posterior como enclave comercial de vino, aiguardent y producto agrícola abrió sus accesos por tierra, y pasó de ser un pequeño pueblo de 50 habitantes (o menos) a los casi 30.000 residentes que hay ahora. Hay que sumar, además, unos 4.000 visitantes repartidos a lo largo del año.
La clave para no morir de éxito en pocos km² radica en esa repartición de visitantes.
A lo largo del año se suceden eventos festivos que atraen turismo orientado al ocio -vacacional y de fin de semana-. También combinado con visitantes de carácter más profesional, que acuden a eventos empresariales en el pueblo, alrededores o en la cercana ciudad de Barcelona. Visitar Sitges siempre es una buena idea.
Algunos eventos especiales
Destacan sus Carnavales en febrero, el Corpus Christi (mayo-junio), -durante el cual, alfombras de aromáticos claveles adornan sus sitios más emblemáticos-, la verbena de San Juan en junio y la Festa Major de Sitges en pleno verano.
La Festa Major consta, en realidad, de dos celebraciones. La fiesta de Sant Bartomeu que tiene lugar la última semana de agosto. La de Santa Tecla, la otra advocación de la villa, se celebra durante la segunda quincena de septiembre.
Coincidiendo con el Festival de Cine Fantástico, se celebra una interesante Fiesta de la Vendimia y Muestra de Vinos, en el Paseo de la Ribera. Es una buena ocasión para conocer los caldos de la zona del Garraf y de la D.O. Penedés.
Otro evento muy colorido es el Rally Internacional de Coches de Época anual, que se celebra desde el año 1959. Se organiza una caravana de coches clásicos y motos anteriores a 1924. Parten del centro de Barcelona hasta Sitges, pasando por la carretera de curvas del Garraf. Los participantes van disfrazados de época y al final hay una fiesta en la calle, -con la presencia además de espectaculares supercoches deportivos de lujo y vehículos singulares-. Cada edición reúne casi 100 máquinas, la mayoría de ellas en manos de particulares.
En el pueblo de Sitges hay infinidad de otros pequeños festivales de arte, gastronómicos y culturales, ya establecidos o nuevos que van surgiendo, a descubrir a lo largo del año.
Calendario de Fiestas Populares en Sitges, Calendario de Ferias en Barcelona
«Los habitantes del corazón del pueblo de Sitges – en adelante, la gente– viven entre dos estados: la alta vibración de los periodos estivales con hordas de visitantes vacacionales (y ocasionales de segundas residencias), y la vibración más suave de los periodos intermedios, en que las calles recuperan una cierta calma.
Calma, ese estado incierto entre el paso de algunas personas o la calle desierta, tranquila.
El estado apacible – Temporada Baja, le llaman los del Gremio de Hostelería- se ve alterado un poco los fines de semana. Llegan forasteros buscando desconectar de la Gran Urbe (Barcelona) o buscando un rato de diversión en la zona definida para ello: la Calle del Pecado (Calle 1 de Maig) y aledaños.
Y se ve alterada un mucho cuando llegan eventos extraordinarios como el Carnaval. Suelen acudir alrededor de 300.000 personas y el pueblo se transforma.»
Fragmento de nuestra entrada del Blog El Carnaval de Sitges
Un poco de historia
Sitges y la romana Blanca Subur
A la villa se le conoce ocupación humana desde el Paleolítico medio. Se han encontrado restos neandertales, huesos de megafauna y señales de ocupación en algunas cuevas en los acantilados del municipio (no visitables por el momento). Con asentamientos en la Edad del Bronce y época íbera, acaba siendo colonia y puerto romano de origen y comercio de la zona. Exportaban vino, aceite, pesca, productos agrícolas, textiles…etc.
Los historiadores romanos Plinio el Viejo, Pomponio Mela y Claudio Ptolomeo mencionan la zona con el término de Subur y más tarde el enclave adquiere el nombre de Sitges al encontrarse antiguos silos romanos (silo = sitja en catalán, y de ahí el plural sitges).
Poco queda de aquellas épocas, salvo restos de tumbas (un interesante sarcófago romano puede verse expuesto en la plaza del Racó de la Calma, tras la Iglesia) y una necrópolis romana -aún en exploración- en la zona de la ermita de Nostra Senyora del Vinyet.
En las montañas que rodean Sitges pueden apreciarse los restos de antiguos muros. Son las hileras de piedra seca que conformaron los cientos de terrazas para el cultivo de la vid y los olivos en tiempos pretéritos.
Santuario Nostra Senyora del Vinyet
Cercano a Sitges
Antiguamente la llegada al pueblo por el sur ya transcurría por el llano junto a viñedos, olivos y algarrobos.
Desde el norte sigue siendo necesario atravesar o sortear el imponente macizo del Parque Natural del Garraf.
La antigua calzada -hoy Nacional C31- son 11 km de curvas bordeando los acantilados. Su origen es probablemente cartaginés o romano y con seguridad fue reconstruida una y otra vez en la Edad Media por los Señores y reyes de la historia de estas tierras. En los sucesivo sufrió los efectos de guerras internas, -napoleónicas y carlistas-, y sus calas o cuevas fueron refugio y cuartel de piratas y bandoleros.
De ser un recorrido peligroso y de vértigo, pasa a ser una carretera asfaltada y segura: un paseo de curvas espectacular entre paredes de roca agreste.
Desde la villa Les Moreres de Sitges se llega en menos de 5 min en coche al acceso a la C-31 para visitar esta singular carretera. Es recomendable parar en alguno de los miradores panorámicos que cuelgan de sus acantilados. Puedes consultar nuestra entrada en el Blog acerca de uno de estos miradores.
A unos 10 km siguiendo esta comarcal encontramos el pequeño pueblo de Garraf y las Bodegas Güell. Se trata de un conjunto de edificios proyectados en 1895 por el genial arquitecto catalán Antonio Gaudí y su discípulo Berenguer. Es un claro ejemplo del Modernismo catalán y de la huella de los diseños extremadamente originales que nos dejó este insigne barcelonés. Junto a su extraordinaria Sagrada Familia en Barcelona, este lugar merece una visita.
Conjunto arquitectónico Bodegas Guell, Guía del Parque Natural del Garraf
Hoy en dia la moderna autopista que lo atraviesa por túneles desde el pueblo vecino de Castelldefels simplifica el camino. En unos rápidos 10 minutos se llega, y además hay trenes en la estación cada poco tiempo.
Atención a los detalles
El pueblo de Sitges sugiere al visitante su pasado viticultor y pesquero en su parte más antigua.
Las callejuelas empinadas que parten de la playa sirvieron antiguamente como lugar donde resguardar las barcas de pesca.
Vale la pena detenerse en los rincones y pequeñas plazas del casco viejo de Sitges. Fijarse en los suelos adoquinados, los antiguos portales y levantar la vista buscando detalles arquitectónicos florales y figuras. Admirar los balcones adornados en azul y blanco con flores. Tratar de sentir el espíritu del sencillo pueblo de pescadores que fue antes de trasformarse -en los 2 siglos pasados- en villa de veraneo aristocrática y el activo centro de turismo internacional que es ahora.
Queda reflejado también su carácter de villa de veraneo y jubilación de clases acomodadas del s. XIX y principios del s. XX. Los comerciantes sitgetanos -llamados americanos o indianos– hicieron su fortuna en las colonias americanas bajo la Ley de Libre Comercio con América del año 1778. A su vuelta construyeron el Sitges de aire burgués y modernista que hoy se puede apreciar en la arquitectura de algunas de sus casas en el pueblo, y en las mansiones coloniales de la zona del Vinyet.
Como indianos ilustres cabe destacar a Facundo Bacardí, fundador del actual imperio del ron cubano (se puede visitar la Casa Bacardí) y a don Andrés Brugal, del también imperio del ron dominicano.
Crisol para las artes y la cultura
Con la llegada de Santiago Rusiñol (escritor, pintor e ideólogo del movimiento modernista catalán) en 1891, Sitges se convirtió en el foco cultural de los modernistas. Fue lugar de encuentro de artistas y creadores como Ramón Casas, Miquel Utrillo o Charles Deering. El Palau Maricel y el Cau-Ferrat (su casa-estudio) dan constancia de su paso. Ambos son bellos rincones y museos de visita recomendada. Por el pueblo hay repartidas pequeñas galerías de arte y esculturas. Sus artistas residentes siguen plasmando en sus obras -desde todos los ángulos- la iglesia más pintada del mundo: la de Sant Bartomeu i Santa Tecla, encaramada sobre un peñasco frente al mar.
Museus de Sitges, Museu Romàntic, Museu Maricel, Fundaciò Stampfli
El entusiasmo por la modernidad y el deseo cosmopolita de la sociedad de entreguerras trajeron también la ciudad-jardín de Terramar y un Autódromo oval de carreras en 1923. Fue el tercero de Europa y cuarto en el mundo por aquel entonces. Aún existe -en estado de semi abandono- y de vez en cuando se celebran eventos culturales y carreras simbólicas.
La coyuntura europea de principios del siglo XX detuvo el crecimiento del pueblo hasta los años 60. En esos tiempos empezó su propio resurgir cultural y de libertades, convirtiéndose en un foco de atracción con su propia contracultura, ambiente hippy y new age en los años posteriores. Aquí se inauguró el primer Club Pachá del mundo y l’Atlàntida -una espectacular discoteca al aire libre junto al mar, precursora de los legendarios Clubs de Ibiza-, marcó toda una época de nuevas libertades. En los últimos años, Sitges también se ha convertido en un destino turístico atractivo, internacionalmente conocido, para la comunidad LGTBI.
Paseo por el pueblo, su historia y arquitectura
Zona del Ayuntamiento
¿Que ver en Sitges?. La primera construcción sugerente del pueblo está en el promontorio (Puig de Sitges) donde se alza la Iglesia de Sant Bartomeu i Santa tecla: el Ayuntamiento. Lo encontramos tras la iglesia, construido en 1889 sobre los restos del castillo fortificado señorial de época medieval.
Fue baluarte y fortaleza inexpugnable alrededor del cual se organizaba la vida de los sitgetans de aquellos días. Tuvo 3 torres de defensa levantadas en 1303, de las que sólo queda su presencia en el escudo del pueblo.
De la plaza del Ayuntamiento parten varios caminos. Encontramos un discreto y estrecho corredor en la parte trasera que conecta con la muralla junto al mar -el Correló de la Rectoria-. Una calle empinada adoquinada (C/ de la Devallada) nos lleva a la playa de San Sebastián. Un acceso lateral al frente de la iglesia y la calle principal nos lleva a la C/Major, – la antigua vía comercial-, de la que parten estrechas callejuelas que conforman la red del núcleo viejo del pueblo.
Es zona de comercio tradicional, tapeo y pintxos, para reponer fuerzas o tomar algo junto a lugareños y visitantes. La calle serpentea hasta el centro neurálgico del pueblo: el Cap de la Vila, con su torre del reloj.
La iglesia de Sant Bartomeu y Santa tecla
Es un templo con 3 naves y de estilo barroco del siglo XVII. Está edificada sobre las antiguas iglesias románica y gótica anteriores. Su campanario octogonal, su torre del reloj y su escultura de la virgen de la Purísima o Inmaculada dibujan la silueta más reconocible en el pueblo. En su interior contiene varios retablos renacentistas y un órgano barrocos.
En esta zona se han encontrado evidencia de influencias de otros pueblos mediterráneos. Los fenicios, los griegos, los etruscos, y los cartagineses. Se ha desenterrado una representación en terracota de la diosa cartaginesa Tanit-Demèter (1), lo que sugiere altares de culto aún más antíguos.
Tanit fué la diosa tutelar de Cartago, señora del cielo y del infierno, de la fertilidad y del amor. Su simbología incluye el loto, la palmera, el caduceo, el león, la paloma y el creciente lunar. Como deidad protectora, se cree que a ella se dedicaban los sacrificios de niños primogénitos, que los cartagineses llevaban a cabo en los momentos de crisis. Es interesante señalar que la actual efigie de la virgen Inmaculada de Sitges, de las llamadas apocalípticas, y que culmina el campanario, incorpora el elemento simbólico de este antiguo culto: la media luna creciente.
También simbolizada a Isis, diosa egipcia del Cielo. Coronada a su vez de 12 estrellas, hace referencia al fragmento del Apocalipsis de Juan (12:1), donde se nos relata una visión (se identificó a la Virgen María con esa «mujer», aunque Juan nunca afirma tal cosa):
<< Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer
vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una
corona de doce estrellas sobre su cabeza… >>
1.- Ref: SITGES:
INVENTARI DEL PATRIMONI CULTURAL MEMÒRIA DE LA RECERCA I DOCUMENTACIÓ
Autor: Núria Nolasco Juliol de 2007 Oficina de Patrimoni Cultural. Diputació de Barcelona.
Zona del Baluard
El baluarte (C/ de Fonollar) donde se encarama la Iglesia de Sant Bartomeu i Santa Tecla fué testigo de guerras carlistas y ataques de piratas. Ahora su bella plaza central ha pasado a llamarse el Racò de la Calma (rincón de la calma). Sólo queda como testigo bélico oxidado un antiguo cañón, testigo de la defensa frente a las fragatas inglesas, en un extremo de la muralla -al cual nos subíamos temerariamente los niños en los irresponsables años 70-. Mirando al mar parten 2 direcciones: el mirador de la iglesia y a las 2 escaleras que bajan hasta paseo marítimo. Al pie de la gran escalinata principal está la popular y paciente sirenita de Sitges, (mil veces acariciada para que conceda el deseo de regresar de nuevo a Sitges). A la derecha del mirador, descubrimos la antigua y empinada escalera de piedra. En la dirección opuesta, con varios palacios y museos, nos encaminamos a la bahía de la Playa de San Sebastián.
Zona de San Sebastián
Es una bella cala con mirador, rincones, esculturas y un paseo animado con bares, restaurantes y mercadillos ocasionales. Existe en el camino un trozo original de la barandilla de Donosti (San Sebastián) en Euskadi, con motivo del hermanamiento de estas dos ciudades por sus festivales respectivos de cine.
Sitges es la sede permanente del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya (en octubre). Es uno de los eventos cinematográficos más importantes de Europa (en sus orígenes, 1968 y uno de los certámenes pioneros del cine fantástico, ciencia-ficción y terror.
En la cima de la colina -camino del Port d’Aiguadolç-, se encuentra la antigua ermita de Sant Sebastià y el aún más antiguo cementerio de estilo Romántico con sus lujosos panteones y esculturas de los mejores artistas de la época de los indianos. Es visitable y está incluido en la Ruta de los Cementerios Europeos.
Siguiendo el viejo camino de ronda junto al mar por el lateral del cementerio, se llega a la bella playa mixta-nudista de Cala Balmins. Muy cerca está el Puerto Deportivo d’Aiguadolç, con una variada oferta en bares y restaurantes.
Zona central del Cap de la Vila
Es el centro neurálgico del pueblo, con su torre del reloj, su farmacia, su pastelería tradicional y con la primera pizzería abierta en España en los años 60 -según sus fundadores-. Es un lugar de encuentro habitual para los habitantes del pueblo.
Bajando la calle principal (C/de les Parellades), paseamos entre comercios, bares y restaurantes hasta llegar al principio de las calles Marquès de Montroig y Primer de Maig. Para simplificar, tramo del Carrer del Pecat (calle del pecado) conocida popularmente así desde que se recuerda, ya que es el epicentro del ocio y vida nocturnos de Sitges. Es con seguridad testigo muda de las mil y una fiestas desde los años 60…
De la calle Parellades bajan a su vez vías empinadas que van a parar al paseo marítimo. Cada una de ellas con su propia personalidad por descubrir. Lo mejor es vagabundear por las callejuelas sin rumbo fijo: el pueblo es pequeño y es difícil perderse. Al final todas las calles en bajada van a parar irremediablemente al mar.
Zona Passeig Maritim
Las playas con la iglesia al fondo es la estampa más conocida. Es un paseo de 3 km con 8 pequeñas calas divididas por espigones de roca (en el municipio hay 17 playas en total). Son de arena fina, de entrada en el mar progresiva, con todos los servicios y todas ellas son aptas para el baño.
En el extremo junto a la escalinata está el Club Náutico. En la otra punta del paseo, tras la última playa, encontramos unos de los campos de golf de 18 hoyos más bellos y antiguos junto al mar: el Club de Golf Terramar.
Algunos apuntes gastronómicos
Es posible disfrutar de gastronomía local o foránea en el pueblo: desde sitios de tapeo, asiáticos, pizza y hamburgueserías hasta restaurantes de paellas, marisco y cocina tradicional catalana, entre otros.
Lo ideal es descubrir y experimentar los diferentes lugares para comer de Sitges, pero si desea probar lo tradicional de la zona, siempre basada en la Dieta Mediterránea. Pida arroces o paella “Mar i Muntanya” de carne y marisco, el Xatò de Sitges (ensalada con salsa Romesco) y pruebe las tapas variadas o pintxos que encontrará en muchos bares.
Para beber no deje de probar los vinos de la zona. Son de suelo antiguo, elaborados con uva Xarel.lo, Sumoll, Malvasía autóctona, Moscatel o Garnacha, son un placer para entendidos y profanos. El Malvasía de Sitges es un vino de postre dulce y aromático, y el vino blanco fresco o el cava merecen catarse. Algunos bodegueros de la zona Massís del Garraf también elaboran vinos tintos de muy buena calidad. Muy cercano al pueblo (a unos 30 km) encontrará también la zonas de D.O.P Penedés y D.O.P Cava i Corpinnat, con multitud de bodegas para visitar.
Aquellos que no beben alcohol disponen de aguas con gas procedentes de las zonas termales repartidas por el territorio catalán y siempre los zumos de fruta natural. ¡Estos son la mejor opción para aprovechar que se está en una zona mediterránea rica en cultivos!.
No deje de visitar el Mercado Municipal de Sitges (junto a la estación de tren). Allí podrá aprovisionarse de alimentos frescos y disfrutar del color y la vida de los mercados locales tradicionales.
La experiencia
Dentro del pueblo no es necesario un vehículo, la mayoría de sus calles son peatonales o amigables para los paseantes. Tiene un magnífico paseo marítimo llano de más de 3 km que -si se desea-, se puede recorrer tanto a pie como en bicicleta….
Hemos tratado de elaborar una pequeña guía para los huéspedes de nuestra casa de alquiler vacacional Les Moreres de Sitges, -y por supuesto, para todo aquel visitante del pueblo- con la intención de que se sientan aquí casi como en el Paraiso.
Esperamos ayudarte a disfrutar de la visita, a conocer un poco su historia y aprovechar el tiempo al máximo. Sitges -un lugar más largo que ancho- aunque pequeño, es toda una concentración de cosas que ver y hacer. Hay que tomarse su tiempo. Hay zonas y sitios con encanto que descubrir, pero preferiblemente, lo mejor es ir a explorar por uno mismo.
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¡Feliz experiencia! y recuerda que visitar Sitges siempre es una buena idea. 🙂